Protección contra la violencia doméstica

La violencia doméstica se configura con hechos de violencia ejercidos por una persona contra otra u otras cuando el vínculo entre ellas es una relación familiar o afectiva, actual o pasada.

Si bien las formas más habituales en que se presenta la violencia doméstica son la física y la psicológica, también existen otras tales como la económica y patrimonial, la sexual, la ambiental, la simbólica y la digital.

Violencia emocional o psicológica

Consiste en hostigamiento, intimidación, amenazas, violación de domicilio.

Violencia física

Lesiones leves o graves.

Violencia ambiental

Daños, violación de correspondencia, privación ilegítima de la libertad.

Violencia económica

Hurto, robo, estafa.

Violencia sexual

Es el abuso sexual en sus diferentes modalidades.

Violencia digital

Es la explotación sexual infantil, acoso virtual o grooming, violación de comunicaciones electrónicas ajenas, acceso indebido, violación de la privacidad de las comunicaciones electrónicas, extorsión, estafa.

Es importante que ante un caso de agresión física o sexual un servicio médico atienda a la víctima lo antes posible para descartar compromisos internos y establecer, de ser necesario, el tratamiento correspondiente. En caso de lesiones, es fundamental, además, definir el tipo de lesión y sus posibles secuelas resultantes.

La violencia doméstica afecta a un alto porcentaje de familias, en todos los niveles económicos y sociales. Comprende toda conducta que, por acción u omisión, ocasiona daño físico, emocional, sexual o financiero a una persona y es una forma de abuso que vulnera los derechos humanos de las víctimas.

Si usted o alguien que conoce es víctima de violencia doméstica es importante buscar ayuda.